El CEO y su equipo dorado - Parte 2

Cómo asegurar que el equipo dorado tenga el impacto esperado
Hola, Hiper Evolucionad@!!
Espero que estés avanzando en la construcción de tu equipo dorado y que la primera parte de este newsletter te haya dejado reflexionando sobre el tipo de liderazgo y equipo que necesitas. En esta segunda entrega, vamos a profundizar en aspectos clave para que este equipo no solo exista, sino que realmente transforme la organización.
La Visión Estratégica, un test ácido para el equipo dorado
La visión y la estrategia, suelen ser agenda para la mesa directiva y normalmente la mesa directiva se reúne o debiera reunir al menos 3 veces al año para evaluar el rumbo de la organización, puliendo los criterios mínimos para la toma de decisiones. En este punto, todo bien.
Sin embargo, una vez terminadas las sesiones directivas, esta visión estratégica se tiende a diluir pasados los días e incluso horas. ¿Por qué? Porque fue trabajada a puertas cerradas y los líderes no necesariamente tienen consciencia de la importancia de ir permeando a sus equipos en estos ajustes progresivos e inteligentes que se van tomando a nivel directivo. Como resultado se van fortaleciendo dos organizaciones en paralelo, la estratégica y la operativa. Un gran dolor de cabeza comienza a rondar al CEO.
Desarrollando un equipo dorado
Si tenemos un equipo que se vuelca, tras terminar cada reunión a las urgencias, estamos bien, porque el cliente lo agradecerá y tenemos caja disponible al final de mes o año. Pero, si sólo hacemos esto, no sabemos si tendremos un próximo año.
¿Has tratado de andar en bicicleta sin mirar para el frente, mientras ajustas el cambio? Tampoco la organización puede proyectar una ruta o evaluar lo recorrido en medio de un ajuste. Necesitamos asegurar espacios regulares para construir miradas de equipo, porque son esos espacios los que construyen valor y capacidad para desarrollar la empresa para el futuro.
Un dato desde la experiencia: Si pides a tu equipo inteligencia colectiva y lucidez, cuando ya estés enfrentando una crisis, las personas no podrán hacerlo aunque tengan la imperiosa necesidad de hacerlo, porque es un ejercicio y habilidad que se desarrolla, así que manos a la obra. Cuanto antes, más poderoso y brillante será tu equipo y por favor no olvides que la clave no es sumar más reuniones, sino garantizar que las existentes generen valor real para generar conocimientos más profundos y decisiones más ágiles.
La constitución del equipo
El equipo dorado debe estar compuesto por líderes clave que representen las funciones esenciales de la empresa y que, más allá de su experiencia técnica, aporten visión estratégica, capacidad de colaboración y orientación al cambio. No es solo un comité ejecutivo tradicional, sino un grupo que activa la transformación organizacional.
CEO (Liderazgo Transformador): Impulsa la visión y asegura que el equipo funcione como un núcleo estratégico. No concentra decisiones, sino que genera condiciones para que el equipo opere con autonomía y alineación.
Director de Estrategia o CFO: Asegura la sostenibilidad financiera de las decisiones. Equilibra la visión de largo plazo con la eficiencia operativa y el retorno de inversión.
Director de Operaciones (COO): Traduce la estrategia en ejecución efectiva. Identifica cuellos de botella y optimiza procesos sin perder flexibilidad.
Director de Innovación o Transformación Digital: Desafía el statu quo y promueve nuevas formas de hacer negocios. Integra tecnología, datos y metodologías ágiles en la toma de decisiones.
Director de Personas o Cultura Organizacional: Asegura que la transformación se construya sobre una cultura organizacional sólida. Garantiza que el equipo tenga las capacidades necesarias para evolucionar.
Líderes de Unidades de Negocio o Comercial: Representan la conexión con clientes, el mercado y la generación de valor. Traducen tendencias y necesidades del entorno en estrategias concretas.
Este equipo, no es un organigrama, es decir, no se necesita contar con un gerente para cada una de estas posiciones, pero si se necesita un interlocutor empoderado, convocado y habilitado para construir nuevas capacidades organizacionales.
En organizaciones más pequeñas o en proceso de crecimiento, es posible que este equipo tome forma de un proyecto, con líderes de proyecto y no gerentes. Lo clave acá es entender que este diseño tiene desafíos y que si existe un gerente comercial, no se puede sumar a la mesa a su jefe comercial, porque en este caso, necesitamos al líder máximo del área en la mesa. Si necesitas apoyo en esto, conversemos, pero debes cuidar a las personas que tienes y no puedes dejarlas fuera de esta mesa si por organigrama ya asumen ese rol o posición estratégica. Es algo que no se puede hacer. Si tienes dudas, conversemos y te muestro el daño que vas a generar.
El rol del CEO: Impulsar, no imponer
Una vez constituido y para que vaya ejercitando la exigencia de dar respuestas diferenciadoras y de gran impacto, el CEO tiene el imperativo de evitar imponer respuestas, sino de generar las condiciones para que el equipo encuentre soluciones. En una organización que está evolucionando continuamente, un CEO que actúa como catalizador facilita que las ideas fluyan y que el equipo asuma protagonismo en la toma de decisiones.
Con la fórmula anterior, se consiguen equipos ejecutivos brillantes, empoderados, que analizan y deciden de forma integral y estratégica. Se convierten en ejecutivos que aprenden a dialogar para resolver y eso les da autonomía, pero al mismo tiempo, permiten que el CEO tenga garantías reales de que las decisiones que toman son precisas y bien coordinadas, simplemente porque están dialogándo continuamente para resolver en conjunto. Adiós silos!!
Qué hacer para estimular ese tipo de equipos ejecutivos:
- Estimula la reflexión estratégica en vez de imponer directrices. Para ello debe identificar la madurez del equipo, porque si no está maduro, es recomendable imponer y avanzar en desarrollar madurez ejecutiva.
- Remueve barreras que obstaculizan la colaboración dentro del equipo. Como la urgencia o los clientes. (Da para otra edición del newsletter)
- Fomenta una cultura de aprendizaje en la que equivocarse con criterio sea parte del proceso de evolución. Teniendo el respaldo del directorio o propiedad, porque los errores tienen un costo que necesita aval.
Un equipo que se siente desafiado a dialogar y contribuir en decisiones clave, a su vez eleva la exigencia de su equipo y esto es sumamente poderoso...
Podría seguir infinitamente, pero ya son suficientes elementos por hoy. Ahora a procesar, reflexionar y seguir evolucionando, Hiper Evolucionado!
Un equipo dorado bien construido no solo genera buenos resultados, sino que transforma la forma en que opera toda la organización. Si esto resuena contigo y quieres explorar cómo aplicarlo en tu empresa, hablemos.
Nos vemos en la siguiente edición y feliz febrero!!
Claudia González S.
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